La flota ballenera japonesa comenzó su temporada de caza en la Antártida con un retraso inusual, informó hoy la organización ecologista Greenpeace. La razón de la demora es la baja demanda de ballena, carne añade Greenpeace. Según argumentan a los japoneses, la prohibición de la caza comercial de ballenas conducido a una importante recuperación de ciertas especies, especialmente la minke o la población del rorcual común. Según Greenpeace, el 70% de los japoneses es contra la captura de ballenas en aguas internacionales.
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